“En estos momentos, es muy difícil encontrar cigarros en pesos cubanos en una tienda que no sea en divisa”, declara Rosy Fonseca, una joven del municipio Centro Habana que cada mes recibe dólares por transferencia desde Estados Unidos. «Puré de tomate de calidad, garbanzos, chícharos, toallitas húmedas… nada de eso aparece en pesos cubanos”.
Para Rosy Fonseca es una dicha contar con la divisa de su tarjeta. “Si por alguna razón no tuviera a nadie que me enviara ese dinero, no debería tener acceso a ningún producto en divisa, porque al precio en que te venden el dólar en la calle no lo compraría, es abusivo”, confiesa.
Bajo la sombrilla de la apertura en la era Obama, Western Union estableció una red de 407 oficinas en Cuba y facilitó de manera significativa la entrada de remesas familiares (no solo desde los Estados Unidos) y otros pagos a personas en Cuba. Pero en noviembre de 2020, como resultado de una sanción del entonces presidente Donald Trump, la compañía se vio forzada a cerrar sus operaciones en el país y así el canal principal para esta transferencia de dinero quedó cancelado. Biden dijo que revertiría las sanciones pero hasta el momento no lo ha hecho.
“A partir de enero, con la apertura de más tiendas en divisa, la explosión del valor del dólar, la disminución de los vuelos desde y hacia Estados Unidos y la casi nula circulación del dólar, se apreció un crecimiento considerable en la demanda del servicio de remesas ”, declara Marlén *, una cubana de 27 años que tiene un negocio para mandar dinero de Estados Unidos a Cuba. Su emprendimiento exige un pago de 140 dólares a una cuenta extranjera para entregar 100 en Cuba en efectivo o por traspaso de saldo bancario. Muchos de los clientes de Marlén confirman que el dólar tiene más poder adquisitivo que el peso cubano porque pueden usarlo en las tiendas en divisas o venderlo. Contrario al discurso inicial de las autoridades, solo con dólares se puede adquirir hoy una vasta cantidad de productos que han migrado de los mercados en pesos cubanos a los de moneda libremente convertible.
En julio de 2020, Héctor Oroza, presidente de la corporación Cimex —una de las compañías subordinadas al Grupo de Administración Empresarial, considerado el brazo económico del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias— anuncio que algunos productos de línea económica se continuarían vendiendo en la moneda oficial cubana. Citó puré de tomate, toallitas húmedas, granos, ollas eléctricas, yogurt, cerveza, malta, refrescos nacionales, café, harina de trigo, embutidos y otros.
En esa línea, el ministro Gil negó que los productos a vender en divisas se extrajeran de otros mercados. “Eso no es ni será Cuba”, aseguró.