
por leonardo oliva
En Washington DC, los ciudadanos pueden comprar marihuana legal en uno de sus muchos dispensarios. Pero tienen que pensárselo dos veces antes de fumarlo en terrenos públicos federales –como el Lincoln Memorial– o podrían terminar en la cárcel. Esto representa la confusión que rodea canabis en los Estados Unidos, donde las leyes locales en varios estados contradicen la prohibición federal en el país.
El presidente Joe Biden ha dado el primer paso para superar esas inconsistencias: el 6 de octubre otorgó el indulto a más de 6.000 infractores con condena federal por posesión de marihuana. Al mismo tiempo, pidió a las autoridades estatales replantearse las sanciones asociadas a esta droga. Muchos interpretaron el gesto del presidente como una señal favorable para despenalizar la marihuana, en un país donde 19 de los 50 estados han regulado el uso recreativo de la marihuana. canabis y 37 su uso medicinal.
Primero: perdono todos los delitos federales anteriores de simple posesión de marihuana. Hay miles de personas que fueron condenadas previamente por posesión simple y que, como resultado, se les puede negar empleo, vivienda u oportunidades educativas. Mi perdón quitará esta carga.
— Presidente Biden (@POTUS) 6 de octubre de 2022
En el año del quincuagésimo aniversario de la llamada “guerra contra las drogas”, iniciativa liderada por el presidente Richard Nixon (del Partido Republicano) en 1972, Biden (demócrata) parece decidido a acabar con la prohibición de esta “blanda” droga. Después de décadas de derrochar ingentes cantidades de dinero en operaciones militares y en programas de erradicación de cultivos, no cabe duda de que esta “guerra” ha fracasado. La producción y disponibilidad de drogas ilegales están en su punto más alto. Además, cada vez son más las voces que piden un cambio de estrategia en América Latina, lugar de donde proviene la mayor parte de la cocaína y sustancias consumidas por los estadounidenses.
Hasta hace poco, los presidentes se oponían a esta guerra después de dejar el cargo. Ahora el debate lo están iniciando sus gobiernos. El primero en hacerlo fue el presidente de Perú, Pedro Castillo; pero el reclamo público más sonoro vino del presidente de Colombia, Gustavo Petro: “Exijo desde aquí, desde mi América Latina herida, poner fin a esta guerra irracional contra las drogas”, afirmó en su discurso ante la Asamblea General de la ONU de vuelta en septiembre.
Un análisis de la fracasada guerra contra las drogas en la que metió Nixon a todas las américas.https://t.co/WY4kb7C2db
— Gustavo Petro (@petrogustavo) 4 de octubre de 2022
Los datos no desmienten a Petro ni a quienes exigen más acción de Biden. El consumo de drogas a nivel mundial aumentó un 26% en la última década, según el Informe Mundial sobre Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Y las ventas de cocaína alcanzaron su punto máximo en 2020, en el punto álgido de la pandemia. Colombia, el principal productor de esta droga, es también el país que realiza el mayor número de decomisos, con el 41% de los estupefacientes decomisados en el mundo. Está…